¿Qué es para mi la literatura?

Esta pregunta se ha repetido una infinidad de veces durante estos días, y aunque en principio, debería encontrarme en capacidad para responderla una confusión, no tan momentánea, me invade; es igual que si me preguntaran ¿Qué es para usted la danza? Y lo único que podría hacer sería poner cara de shock profundo.
Sin embargo podría ser más sencillo, por lo menos para mi, responder si la pregunta fuera ¿Cómo siento a la literatura o a la danza? Entonces así, podría hacer una suerte de cláusula cartesiana: siento, luego, comprendo, por lo tanto, existo. Si parto de este punto puedo, entonces, decir qué son la danza y la literatura se convierte en un ejercicio de introspección hacia mi yo, lo cual, acarrearía una larga y profunda búsqueda.
Los sentidos son nuestra puerta a la realidad exterior a nosotros es, a través, de ellos que todo el universo que nos contiene se vuelve algo para nuestro interior; la razón podría considerarse una clase de sentido, al igual que, el tacto, el olfato, el oído, la vista y el gusto, ya que, es la forma como nuestro cerebro abarca aquello que se presenta ante él, es decir, el todo y la nada significan, porque, la sensación de la existencia nos pertenece.
El cuerpo es nuestro espacio, un espacio con alma y espíritu, un espacio biológico, subjetivo y universal que puede conectarse de las formas más inesperadas con la energía en la que estamos sumergidos inevitablemente, y es ahí, en ese espacio que crea al tiempo y a las ideas, donde la danza y la literatura (claro está que cabe desde la química nuclear hasta el tejer) pueden ser; todo nuestro mundo es profundamente humano, precisamente, porque no tenemos otra forma de acercarnos a él, es decir, nuestro gafas (sin importar los esfuerzos) siempre serán humanas.
Sensaciones de la existencia, existir , ser, sentir que se es y se comprende que se es[1], esas son, entonces, la razones para la razón; todo comienza por una sensación lo demás es el desencadenamiento natural de nuestras condiciones, sin embargo, existe una particularidad humana que nos da libertad, que es, la necesidad de expresar y abarcar (comprender, conocer, modificar, imaginar) con nuestras sensaciones la realidad. Ahí en esa particularidad nuestro espacio se abre a la literatura y la danza, a través, del cuerpo (ambas profundamente corporales) se expresa tanto la comprensión como la incomprensión sobre las realidades que nos envuelven, las convertimos en ese algo más que nos ayuda a tener un suelo bajo nuestros pies.
Solo me queda agradecer infinitamente la existencia de: Albert Camus, Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Heninng Mankell, Stieg Larsson, Haruki Murakami, Charles Darwin, David Hume, Marius Petipa, Tchaikovski.



[1] Quisiera expresar que todo esto implica espacio y no tiempo, entonces, somos esencialmente espaciales con una idea para fijarnos a la vida que es el tiempo.

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