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Mostrando entradas de marzo, 2016

Sueño

En sueños anoche estuviste, buscaste mi boca y mi cuerpo, Respondimos. En sueños anoche estuviste, Quise tus ojos y tu carne, Fuiste mío. Fuimos tacto deseado. Nos crisparon las olas del sentimiento. Cada exudación  fue conjunción universal. Seres en respiración desgarrada... Al amanecer solo el vacío nos contenía.

De la reflexión y los elefantes…

Espacios habitados que nos contienen, y que en un doble movimiento, son contenidos por nosotros; sensores sensibles que nos interconectamos, a través, del tacto, la vista, el olfato, el gusto, la intuición, la imaginación y la razón [1] … Primero el tacto, luego, el sonido… o… tal vez primero la vista, luego, la imaginación. Todas las sensaciones de la existencia recreadas en el instante de la pintura y el espacio de la danza, junto a ellas, también, los sueños, y más allá, todo lo que se intenta decir, comprender, asir; la memoria fuerte y constante como los elefantes, a la vez, de una belleza corrompida, al igual que, los cisnes ahora grises antes blancos.   Reflejo de lo que somos, lo que hemos sido, lo que seremos, los cuerpos a los que nos hemos entregado, las ideas que se han amado, las razones que nos han defendido, sin embargo aunque nuestra imagen se encuentra intacta, las reflexiones (reflejos) nos muestran cómo aquello que percibimos nos escapa, es decir, nos escapamos

Resonancia en Saramago

Carta para aquel amigo Ya hace bastante tiempo de nuestra última comunicación…siento como si todos los milenios de la historia humana pudieran abarcar este vacío que se enraíza, cada vez más, en el profundo abismo que soy.   No puedo recordar muy bien las circunstancias en las que nos sentimos en aquel -que ahora se presenta como último- encuentro, tampoco, puedo asir los lugares o las formas, sin embargo, existe una huella que quedó impregnada en mi memoria, y es aquel olor que siempre te rondaba, el olor a papel guardado y viejo, olor a recuerdos y a cosas sin importancia, olor a vida encerrada y corroída, en realidad, es el olor a tu trabajo, el cual, carece de total importancia para mi, sin embargo, él parece haberse adueñado de todo cuanto eres, de todo cuanto intentas ser, hasta tu tiempo se pierde en las interminables filas de personas que optan por pertenecer al sistema legal, todo empieza por ti, todo comienza en la Registraduría. Ese olor a papel, tinta y animalitos